Belén Funes inaugura la XXI edición de Abycine con «La hija de un ladrón», y presenta «Los Tortuga», su nuevo proyecto como directora, en Abycine Lanza.
Entrevista de Phillip Engel
Hace un año presentaste “La hija de un ladrón” en Abycine Lanza, ¿cómo lo recuerdas?
Fue en la sección Work in Progress. Era la primera vez que enseñábamos imágenes de la película a alguien que no fuera a nosotros mismos o a alguien del equipo. Fue como una prueba de fuego, y guardamos un recuerdo muy bonito. Ahí es donde empezó a andar la película.
«La hija de un ladrón» es una secuela de tu corto «Sara a la fuga» (2015), pero la protagonista ya no es Dunia Mourad, sino Greta Fernández, ¿cómo fue ese cambio?
Dunia no tenía formación actoral, pero era un reto asumible en una historia de 17 minutos. Pero, para el largo, necesitábamos a una actriz, porque el personaje hace un montón de cosas. Había rodado con Greta mi corto “La inútil” (premiado en Abycine’18), así que le ofrecí la película, y ella se emocionó muchísimo al leer el guion.
Eduard Fernández es el padre de Greta dentro y fuera de la pantalla. Pero es todo lo contrario que su personaje. ¿No te pareció muy generoso en las escenas que comparten?
Entre ellos existe un respeto a prueba de bombas. Eduard vio en el rodaje que Greta y yo hacíamos muy buen equipo. Eso le tranquilizó, y le permitió dejarle el espacio que correspondía.
¿Has tenido la sensación de ver crecer a Greta con esta película?
Sí. El proceso de preparación de «La hija de un ladrón» fue milagrosamente largo: le teñimos el pelo, le buscamos la ropa, ensayamos… A lo largo de esos ocho meses, siento que la vi florecer. Mientras rodábamos el final de la película, recuerdo que pensé: «aquí hay una actriz enorme».
En la película hay elementos misteriosos, ¿de dónde vienen?
No lo sé. Creo que tiene que ver con el tipo de cine que me gusta y con que me gusta ir al cine a vivir el misterio, no a que me lo expliquen. Sin quererlo y porque explicábamos una historia en el presente más absoluto, hay cosas del pasado que quedan fuera de la trama, pero que no me parecían indispensables para que pudieras abrazarte a Sara, y entender por lo que está pasando.
¿Cuándo se incorporó como productor Antonio Chavarrías, y qué aportó?
Estábamos en la fase de tratamiento. Antonio me sugirió que tenía que haber una presencia importante de no actores, y tenía razón. Con “Volverás” y con “Las vidas de Celia” él ya había hecho su propio retrato de los márgenes de una Barcelona obrera, así que, entre otras cosas, me dio muchas pistas sobre cómo enfocar el casting.
Marçal Cebrian y usted, además de coguionistas, también son pareja. ¿Cómo se organizan?
No nos organizamos en absoluto. Pero tenemos un compromiso con la película que va más allá de todo, y cómo mínimo hay que encontrar dos veces a la semana para sentarnos y hablar. Investigamos, cogemos la moto y visitamos los lugares dónde podría suceder la historia. Cuando está todo claro abrimos un documento y empezamos a teclear. Nunca nos dividimos la escritura, siempre escribimos a cuatro manos y a la vez, con un sólo ordenador. Es un proceso un poco anárquico, que mis productores han entendido perfectamente.
¿Qué nos puede decir de ‘Los Tortuga’, el proyecto que presenta en Abycine Lanza?
Está todo en el aire. Ahora buscamos financiación para el desarrollo. La he explicado muy pocas veces y hacerlo por primera vez en Abycine es un poco ponerla a prueba. Lo único que puedo decir es que es una historia sobre adolescencia y sobre la revolución de una familia. Todavía estamos dándole vueltas, hablando y todo eso que hacemos… pero pensándola, me emociona.
«Mientras rodábamos el final de la película, recuerdo que pensé: “aquí hay una actriz enorme”»
Belén Funes sobre Greta Fernández